El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Muy buenas tardes a todos. Un buen catarro primaveral y dos días libres me han dejado un poco de hueco para poder retomar el recetario de Fresas con Chocolate . Vuelvo en esta primavera con una receta que me recuerda a un pastel de obrador, al aroma del melocotón, de las almendras...Al estar en el extranjero y mirar las cosas desde otra perspectiva, me recreo muchas veces en recuerdos y el otro día estaba acordándome de ese bizcocho que mi madre compraba en una panadería de mi pueblo. De ésas que llevan más de cien años activas y que al entrar te embriagaba (y te embriaga) el aroma del pan y los dulces recién hechos. Por casualidades de la vida he dado con una receta que me ha evocado a ese pastel cuya suavidad y esponjosidad te envuelven y el aroma a melocotón de la mermelada te deleita el paladar junto con el toque crujiente de las almendras. No os decepcionará sin duda. Es una receta sencilla, no requiere de mucha técnica pero sí de mucho amor por la repostería, Me acompañáis?