El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Por fin puedo decir que ha llegado el otoño. Empezó a hacer frío hace unos días y ya se siente la realidad de la época en la que estamos. Seré distinta quizás a muchas opiniones pero el exceso de calor ya me estaba superando. Veíamos anuncios de abrigos sin sentido hace unas semanas y, de repente, a través de una noche de niebla, han bajado las presiones y llegado el frío, de repente. Como llega siempre últimamente. Sin hacer ruido. Adoro estar en casa por la tarde acompañada de un chocolate caliente y una buena manta. Tomar un té y relajarme leyendo un rato. Las tardes se hacen más largas con el cambio de hora y me gusta aprovecharlas así cuando tengo oportunidad. Siempre hay lugar para algo dulce y me encanta tomar una rebanada de bizcocho o algo más especial de vez en cuando. Pensando en los sabores que me gustan para esta época, como la manzana o la canela , vi en los gofres una oportunidad para combinarlos. La masa clásica de gofre belga , levada, con mantequilla y azúcar pe