El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Buenas tardes a todos! Regresamos este final de mes con una receta clásica pero que no puede apetecer más con la llegada del otoño: las magdalenas de aove y almendras. Nadie puede decir que no a un buen bizcocho o unas deliciosas magdalenas ahora que empieza a refrescar y apetece un buen café caliente...y si éstas están horneadas con aove (aceite de oliva viergen extra) de calidad, sabor a las de pueblo de toda la vida y toque crujiente de almendras, creo que es difícil resistirse. Septiembre ha sido un mes de varios sobresaltos personales que me tienen algo pachucha pero he encontrado tiempo para disfrutar de estos pequeños placeres como es encender el horno y disfrutar de un bizcocho o unas magdalenas recién hechas. Es una receta sencilla, de las que solemos tener en el frigorífico entre imanes, de cabecera, pero cuya elaboración logra sorprender a un maestro de obrador y que atraeréis a los vecinos sólo con el aroma. Sólo hay que tener ganas de hornear...¿Me acompañas? Ingredien