El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Hoy descubrimos la receta Pão de Ló de un lugar muy especial que está lleno de tradición e historia ligado a la cultura culinaria portuguesa. Portugal es, como bien hemos leído o escuchado más de una vez, nuestro país vecino. Para quienes vivimos en España es a veces un gran desconocido. Siempre preferimos salir fuera de la península a buscar aventuras y obviamos en muchas ocasiones a un país que tenemos a nuestro lado. Visité el Algarve por primera vez en plena pandemia. La sensación cuando cruzas la frontera después de haber pasado períodos de confinamiento y restricciones fue totalmente liberadora. Si a eso le añadimos una situación personal de recomienzo junto a la adrenalina de conocer un país nuevo y gente nueva, era un cúmulo de emociones sin fin. Recuerdo que en el autobús viajábamos sólo 8 personas, con mascarillas y todas las medidas de seguridad. Detrás de ella, sonreía al ver ese paraje rojizo que caracteriza la zona de Huelva y Portugal. Esas rocas y laderas enmarcaba