El pudding siempre era esa palabra inglesa que sonaba rica cuando la escuchábamos nombrar al camarero de restaurante. Era sinónimo de lugar fino al que mi padre nos llevaba de pequeños en alguna ocasión especial o cuando estábamos de vacaciones. Era una textura parecida al flan de huevo y en su interior te encontrabas fruta confitada, melocotón en almíbar y en los más exclusivos notabas el delicioso sabor de los piñones. Mi padre siempre ha preferido este postre con permiso del tocino de cielo , muy de nuestra tierra, al que a veces también le hacía reverencia cuando coronaba una copa de helado de La Ibense Bornay . Hace poco tiempo, en una comida familiar de cumpleaños, lo pidió después de mucho tiempo sin ver a mi familia y me recordó a mi niñez. Mientras lo probaba, pensaba que era ligero y que me gustaba su textura. -"Tengo que hacerlo"- le dije a mi hermano. Él me miró y sonreía porque sabía que a mi padre le encantaría la idea. La primera vez que lo hice p...
Hola muy buenos días a todos!!! Continuamos esta primavera de recetas con toques de color y sabor como la que traigo en esta ocasión. Tenía unas cerezas confitadas y algo de queso crema y, aunque tenía la opción de repetir el pastel de cerezas y chocolate de Mary Barry que elaboré hace tiempo, me animé a hornear algo completamente diferente. Es una mezcla entre un bizcocho tradicional, de los esponjosos, pero el toque de queso lo vuelve extrajugoso, recordando a la tarta de queso además del toque saludable de aove. Y luego las guindas, como las llama mi madre, le aportan esa textura diferente con toque afrutado que culmina con el crujiente de almendras por encima. Una serie de sensaciones que te harán repetir más de una rebanada. Doy fe absoluta. Si te gusta la combinación de ingredientes y te dan ganas de darle un mordisco a este pastel... Acompáñame! ¡Comenzamos! Ingredientes: - 3 huevos - 200 grs. azú...