El día de mi Cumpleaños siempre ha sido muy particular. Como es a mitad de verano, no podía celebrarlo en clase o aprovechar la época escolar para reunir a los compañeros. Cuando hacía una merienda, algunas amigas estaban de vacaciones o estaban en la playa y se unían más tarde o no llegaban. Me he visto a solas con el pastel esperando a que llegaran mis invitados y, aunque había algunas bajas, sí que cuando fui cumpliendo más edad era más fácil celebrarlo. Entraban otros horarios en juego además de la tradicional merienda y sí que he vivido momentos bonitos y especiales. Aún así, no podré olvidar a mi padre cuando llegaba con una tarta rectangular grande de merengue, con cobertura de chocolate y letras de " Feliz Cumpleaños Maribel " en crema. Cuando la tarta nos parecía casi tan grande como nosotros, cuando la acompañábamos con Coca-Cola o Colacao fresquito y con esas amigas que sacrificaban planes veraniegos para acompañarme en una cálida tarde de julio. Este año...
Hace varios años que el día de San Juan no pasa desapercibido. Antes era un día especial por el cumpleaños de mi hermano Carlos, que como nació en la noche de San Juan, mi madre decidió bautizarlo Juan Carlos. Ella decía que era una noche muy especial, de celebraciones, deseos, magia, entrada del verano y no podía dejarla pasar desapercibida. Esta noche siempre ha tenido ese significado especial ligado al sentimiento de lo mágico, los rituales , las verbenas, todas esas cosas que nos llaman la atención y que en muchos casos suceden alrededor de una hoguera. Una celebración, una charla, una confesión, una historia...todo legado a una noche que resume un poco de nuestra vida hasta el momento y da la entrada a un verano estrellado, augurando más noches como la vivida. Elaboré mi primera Coca de San Juan allá por 2012 si no recuerdo mal. Me llamó mucho la atención y nunca la había probado. Desde entonces, me gusta hacerla para estas fechas. Apetecen los sabores cítricos acomp...