El pudding siempre era esa palabra inglesa que sonaba rica cuando la escuchábamos nombrar al camarero de restaurante. Era sinónimo de lugar fino al que mi padre nos llevaba de pequeños en alguna ocasión especial o cuando estábamos de vacaciones. Era una textura parecida al flan de huevo y en su interior te encontrabas fruta confitada, melocotón en almíbar y en los más exclusivos notabas el delicioso sabor de los piñones. Mi padre siempre ha preferido este postre con permiso del tocino de cielo , muy de nuestra tierra, al que a veces también le hacía reverencia cuando coronaba una copa de helado de La Ibense Bornay . Hace poco tiempo, en una comida familiar de cumpleaños, lo pidió después de mucho tiempo sin ver a mi familia y me recordó a mi niñez. Mientras lo probaba, pensaba que era ligero y que me gustaba su textura. -"Tengo que hacerlo"- le dije a mi hermano. Él me miró y sonreía porque sabía que a mi padre le encantaría la idea. La primera vez que lo hice p...
Hola muy buenas tardes a todos!! Regresamos en estos últimos días del año con una receta de tradición. De toda la vida. De las que circulan por casa sin receta generación tras generación. Cuando llegan las fiestas navideñas, y contaba con seis o siete años de edad, recuerdo el entramado que tenían mi madre y mi abuela en la cocina. Amasaban en un barreño grande, porque entonces no tenían los recipientes con los que contamos hoy y mucho menos robots de cocina. Tapaban con un paño de cuadritos o rayitas una masa templada por el amasado. Me encantaba tocar ese paño porque estaba muy blandita una vez que había pasado el tiempo de levado y ya estaba lista para estirarla y hacer las " tortas fritas " como se les conoce en mi tierra. Podréis conocerlas como pestiños también pero he de decir que esta masa es más suave, levada y muy aromatizada. Además cuenta con aceite de oliva virgen extra entre sus ingredientes y aunque ellas le añadían manzanilla de Sanlúcar, yo en este caso la...