Scones. Panecillos ingleses con pasas

Regresamos con una receta clásica de Reino Unido. Hace tiempo que quería hacerla. Es de esas recetas que has hecho una y otra vez y no has encontrado tiempo ni lugar para publicarla. Cuando estuve viviendo en Edimburgo trabajé unos meses en un obrador. Fue mi primer contacto con los scones. Se fue estrechando este contacto, hasta el punto que los elaboraba a diario. Muchas veces fue mi cena durante ese tiempo que estuve en la bakery. 

Hoy ya en España, me vienen los recuerdos y me pongo a pensar en cómo es posible que no haya publicado una entrada con estos panecillos ingleses que, junto a los Hot cross buns que ya publiqué en otra ocasión, son los bollitos o buns más conocidos de Reino Unido. 

Ya sean en Escocia o Inglaterra, son un básico aunque he de decir que en Escocia, vi que los hot cross buns son mucho más consumidos aunque en cualquier buffet o desayuno encuentras scones. Los más típicos. Podría decirse que no hay nada más inglés que un Scone aunque su origen también sea escocés. Es un panecillo a base de huevos, leche y mantequilla con pasas y también está la versión plain sin ellas, ideales para comerlos con el café o té y acompañados de cualquier crema, nata, mermelada, mantequilla... Son súper combinables además de un clásico del afternoon tea junto al victoria cake o los sandwiches.

Las primeras referencias de este panecillo las encontramos en unos escritos escoceses de 1513. Luego fue Robert Burns, considerado como el poeta nacional escocés, quien lo incluyó en su obra hace más de 500 años. Se nombra en el poema Scotch Drink de 1785:

On thee aft Scotland chows her cood, In souple scones, the wale o’food! Or tumblin in the boiling flood Wi’ kail an’ beef; But when thou pours thy strong heart’s blood, There thou shines chief.

Se cree que podría derivar del bannock, un tipo de pan plano de elaboración rápida con harina y avena, pero en versión dulce. Fue muy popular en la sala de té Clarinda's Tearoom en Edimburgo donde Agnes McLehose, fuente de inspiración del poeta, los elaboraba por décadas. Está situada cerca del palacio de Holyrood y continúa abierta si queréis probar los famosos scones. Es un lugar de culto si os gusta el té y la repostería que no podéis dejar pasar si váis a la capital de Escocia. 

La receta que os traigo en esta ocasión es de mi adorado baker inglés Paul Hollywood, y al igual que él, es infalible. Podéis elaborar en casa un clásico de Reino Unido con ingredientes muy sencillos y en cualquier momento, ¿no es genial? 

Por cierto, ayer comenzó la nueva temporada de Great British Bake Off donde podéis ver los consejos y recetas de Paul Hollywood y Prue Leith. Qué ganas de saber qué nuevos retos habrá en esta edición! 

Pasemos a la cocina para elaborar estos deliciosos Scones.                                                  

Ingredientes: Para unas 14 unidades.

- 500 grs. harina de fuerza

- 5 cucharaditas (30 gramos) de levadura en polvo

- 50 grs. mantequilla fría en dados

- 80 grs. azúcar

- 2 huevos 

- 250 ml. leche

- 60 grs. pasas

- 1 huevo batido para pintar antes de hornear

Preparación: 

En primer lugar añadimos la harina con la mantequilla fría en dados que mezclamos con las manos en un bol hasta que tenga textura arenosa. Añadimos azúcar y después la levadura. Integramos bien. 

A continuación agregamos los huevos, los mezclamos bien con la masa y después la leche la vertemos en 2 veces.

Pasamos la masa a superficie enharinada. Amasamos ligeramente y añadimos las pasas. No hace falta amasar como un pan. Debe quedar textura suave.  

Aplanamos con rodillo y dejamos a un espesor de al menos 1,5 ó 2 cm. Vamos dando forma con cortador redondo. Los vamos poniendo en una bandeja de hornear con papel vegetal. Los dejamos reposar unos 20 minutos mientras precalentamos el horno. 

Pintamos con huevo batido sólo la parte de arriba, evitamos los laterales para que leven bien en el horneado.

Horneamos unos 15 minutos a 200 grados, cuando hayan levado y estén dorados. Dejamos enfriar en una rejilla. Si los hacéis antes de desayunar, es ideal probarlos aún calientes. Recién hechos son pura delicia. Conservamos un par de días en recipiente hermético y los que no vayamos a consumir podemos congelarlos. 

Espero que os haya gustado la receta. Es un básico, un clásico inglés que viene ideal para cualquier desayuno o merienda especial o de fin de semana. Si los habéis probado y queréis revivir recuerdos de ese viaje o simplemente recordar tradiciones de otros países, no dudéis en hacerlos en casa. Éxito asegurado. 

Por mi parte vuelvo pronto con más recetitas en este otoño que apenas comienza! Un saludo muy dulce!

Maribel García 🍓🍓