Tarta Primavera

Hace unos días comenzó la primavera y aunque ha llovido mucho, las flores ya están luciendo su esplendor. A ratitos con rayos de sol como testigo y ahora con el sol en su plenitud, podemos dar la bienvenida a la estación más colorida del año. 

Es curioso cómo brotan plantas silvestres de cualquier parte y en ellas hay flores coloridas, es como si la belleza brotase de cualquier parte se la espere o no. Es la sorpresa y el regalo que nos da este mundo, con tantos avatares que sufrimos y con esa flor que renace en cualquier parte, se hace un llamado a la esperanza. 

Iniciamos semana y lo hacemos con un postre delicioso que tiene como nombre Tarta Primavera. Me inspiro en el relato y obra de Lucy Maud Montgomery, autora de la historia Ana de las Tejas Verdes.

La historia de esta niña pelirroja de Avonlea, localidad ficticia de la isla canadiense del Príncipe Eduardo, con sus aventuras y desventuras en los prados de Tejas Verdes, me han emocionado mientras crecía yo también. Me sentía reflejada con su amor y fascinación por la naturaleza y las flores. 

Su emoción desmesurada por las pequeñas cosas, la tristeza desgarrada que sobrecoge cuando narraba su amistad con amigas imaginarias con total normalidad y la imaginación como vía de escape y salvación de un mundo a veces desafortunado. Todas estas vivencias de la protagonista invitan a la reflexión pero esta vida cambia cuando llega a Tejas Verdes. El camino que se abría paso por un sendero de manzanos en flor presagiaban el inicio de una vida mejor. 

Ana llegaría a su casa en la campiña una mañana de primavera y de éste modo rendimos homenaje a la obra de una escritora que luchó por sus derechos y que no es tan conocida como Jane Austen. Hay mucho del personaje que se refleja en la vida de la autora como la pérdida de sus padres a temprana edad o el dedicarse a la enseñanza. 

Las novelas abarcan no sólo la niñez de la chica pelirroja que es la parte más conocida y versionada, sino también en su adolescencia y juventud en Ana, la de Avonlea o Ana, la de Álamos Ventosos. Es probable que todos hayamos visto alguna vez la versión animada Ana de las Tejas Verdes de 1979 donde participaban los futuros creadores del estudio Ghibli de la que pronto habrá una nueva serie a Anne Shirley inspirada en ésta misma. También tuvo mucho éxito la versión "Anne with an E" de Netflix, que nos descubrió una versión con tintes románticos que enamoró al público. 

La primavera es el renacer de todo y motivo de celebración con la pascua. Celebremos con este pastel inspirado en las recetas de Avonlea. Me baso en el famoso pastel de linimento de Ana, que elabora con especial atención para una merienda con el ministro y su esposa. Quedó perfecto hasta que lo probaron, pues en el tarro de vainilla había en su lugar una especie de loción que cambió completamente el sabor del bizcocho. Mi versión lleva vainilla sin equivocación alguna y va relleno de crema pastelera y recubierto de merengue italiano a los frutos rojos. 

El libro de recetas de Ana la de Tejass Verdes de Kate Macdonald, nieta de la célebre autora, me ha servido de inspiración para sumergirme por unos momentos en esos bosques y praderas de flores que los representamos con estas margaritas sobre las moras y las fresas. 

¡Pasemos a la receta!

Ingredientes: 

Para el bizcocho (Molde redondo 16 cm.)

- 3 huevos

- ralladura de limón

- 150 grs. azúcar

- 1 cdta. vainilla

- 70 grs. aceite girasol

- 135 grs. harina repostería

- 1 bolsita de levadura química

- 75 grs. maicena

Crema pastelera: 

- 500 ml leche 

- cáscara de limón y vainilla para infusionar

- 3 yemas

- 100 grs. azúcar

- 60 grs. maicena

Merengue frutos rojos:

- 3 claras

- 150 grs. azúcar granulada

- 40 grs. mermelada frutos del bosque

*Moras, fresas y flores para decorar. 

Preparación:

Para la base del bizcocho iniciamos batiendo los huevos con el azúcar y la ralladura de limón. Lo haremos hasta que espumee y nos monte una crema. Añadimos el aceite en hilo y después la vainilla. Integramos bien. 

Tamizamos la harina junto a la levadura y la maicena y agregamos en varios pasos. Una vez que quede homogénea vertemos en un molde con la base forrada en papel vegetal y si podéis los bordes, mejor. 

Llevamos al horno unos 35-40 minutos a 170 grados. Ya veréis que sube. No abráis el horno en la primera media hora. Retiramos cuando se vea bien dorado. Podéis comprobar la coctura con un palillo. Dejamos enfriar completamente en rejilla. 

Para la crema pastelera, separamos las claras de las yemas. Reservamos las claras para el merengue. 

Infusionamos la leche con la cáscara de limón y la vainilla. Dejamos que hierva unos 5 minutos. Apartamos y dejamos templar retirando los aromatizantes.

En un bol, mezclamos las yemas, con el azúcar y la maicena. Lo batimos un poco con las varillas y agregamos un poco de leche infusionada para mezclarlo mejor. Añadimos esta mezcla al cazo que tendremos en fuego lento, luego lo subiremos a medio sin dejar de remover. 

Cuando salga la primera burbuja, la crema estará lista. Vertemos en un bol cubierto con film transparente a piel. Dejamos templar el relleno.

Para el merengue, vertemos las claras con el azúcar en un cazo a fuego lento. Las removemos hasta que se disuelva el azúcar. En mi caso le añadí también la mermelada para ayudar a disolverse. 

Una vez disuelto, vertemos en caliente en nuestro robot de cocina. Batiremos con las varillas hasta que se vaya enfriando y nos monte un merengue espectacular. Si tenéis colorante, podéis añadirlo cuando empiece a batir. El resultado es pura magia. Reservamos. 

Para el montaje de la tarta, cortamos el bizcocho en 3 capas. Montamos la manga con crema pastelera y vamos rellenando la base y la capa que colocaremos encima. La superior la dejaremos para la decoración final. Nivelamos y vamos a por el merengue. 

Me ayudé con la espátula y rasqueta para darle forma a la tarta ante la pomposidad de este merengue a los frutos rojos. Decoré la base con boquilla de estrella y la parte de arriba la ondeamos un poco con la espátula. Decoramos con frutos rojos y flores. 

Conservamos en nevera un par de días. El merengue, aunque sea italiano, no puede estar tanto tiempo en nevera. 

Espero que os haya gustado la receta tiene un encanto especial y me gustaría que te animaras a realizar tu versión ¿Y tú? ¿Cómo celebras la primavera? Haces alguna tarta, un picnic en el parque o te gusta dar pases por el campo y recoger flores. Suelo hacer todas estas cosas aunque me gustaría compartirlo con vuestras ideas en comentarios. 

Vuelvo en nada con más recetas. Feliz Primavera 🌸

Un abrazo, 

Maribel García 🍓