El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Hola muy buenas tardes a todos! Como lo prometido es deuda, regresamos muy pronto con una receta que no dejará indiferente a nadie.
Si cuentas en casa con yogur griego, huevos, maicena y algo de azúcar no podrás creer lo rápido que puedes tener un postre de diez.
Siempre es buen momento para impresionar a los nuestros o para darnos un merecido homenaje. De ese descanso que hacemos los viernes, o ese ratito especial de los sábados por la tarde. Es en esa ocasión cuando recomiendo elaborar postres como el que vamos a explicar a continuación.
Qué deciros... es como una tarta de queso, de ésas pequeñitas que vemos en el súper pero no lleva queso, sino yogur griego. Es igual o más esponjosa y podemos acompañarla de fruta fresca y azúcar glass como hice yo o como gustéis.
Es una maravilla y podéis utilizar el yogur griego base o cualquier especialidad. Mi pastel está elaborado con yogur griego de caramelo y avellanas cuya receta estoy deseando contaros. ¿Comenzamos?
Ingredientes: Para un molde de 16 cm.
- 3 huevos
- 380 grs. yogur griego Oikos* caramelo y avellana
- 60 grs. azúcar
- 30 grs. maicena
- 2 grs. levadura
- azúcar glass y fresas para decorar
* Esta receta participa en el concurso de Oikos en Instagram.
Preparación:
Comenzamos separando las claras de las yemas. Montamos las claras a punto de nieve y reservamos.
Por otro lado batimos las yemas con el azúcar. Luego añadimos el yogur y batimos bien hasta que esté bien integrado. Es el turno de la maicena y la levadura tamizadas. Mezclamos bien todos los ingredientes y ahora incorporamos las claras con movimientos envolventes en varios pasos con la ayuda de una espátula. Nos va a quedar una masa suave y esponjosa que añadiremos a nuestro molde cubierto con papel vegetal en base y laterales.
Dejamos que el papel sobresalga un poco en el lateral ya que es probable que suba en el horneado.
Horneamos a 170 grados unos 40-45 minutos. Comprobamos que el palillo no manche y dejamos nuestra tarta en el horno una hora con la puerta entreabierta. Luego llevamos a la rejilla para que enfríe completamente.
Una vez fría llevamos a la nevera para su conservación. Decoramos con azúcar glass y fresas en el momento de servirla. Buen provecho!
¿Qué os parece el resultado? Es una tarta sencilla y de lo más rica os lo aseguro. Y tendréis ganas de repetir seguro. Lo veo ideal como un postre especial, diferente y además es muy versátil porque podéis decorarla como vosotros queráis. La esponjosidad y suavidad están garantizadas y además no lleva muchos ingredientes lo que resulta más fácil el realizarla y los pasos a seguir.
Os animo a que sorprendáis a alguien en estos días y hagamos de ése momento, algo especial .
Vuelvo muy pronto con más ideas y recetas especiales.
Un saludo muy dulce.
Maribel García 🍓🍓🍓
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