La Sachertorte, escrito en alemán austríaco, también conocida como tarta Sacher, siempre me ha fascinado. Creo que, sin haber probado la original, es de mis tartas favoritas. No sé si es porque es de chocolate, por su relleno inesperado de mermelada o la cobertura. Lo cierto es que su historia es todo un misterio.
Lo único que hay confirmado es que Franz Sacher, un aprendiz de pastelero, la elaboró para la recepción del príncipe Klemens Wenzel Von Metternich. Al ausentarse el cocinero de palacio, este joven de 16 años, elaboró una tarta de chocolate que sorprendió a los invitados. Aunque en un principio no pasó de ahí.
Años después, fue su hijo, Eduard Sacher, quien continuó la estela de su padre y acabó su formación en el oficio en la panadería Demel, en Viena. Fue él quien reinterpretó la receta de su padre, dando un aspecto más parecido al que vemos en la actualidad.
Este pastel comenzó a servirse en la pastelería Demel y posteriormente en el Hotel Sacher, que el mismo fundaría en 1876. Convirtiéndose en un postre referente de la ciudad.
Cuando Eduard murió, su viuda Anna continuaría su gerencia en el hotel. Fue ya en el siglo XX, a la muerte de Anna en 1930 cuando comenzarían los problemas por la autoría de la tarta. En 1934 el hotel entró en quiebra y tanto la pastelería, que había tenido originalmente la receta, como los nuevos propietarios del hotel, que también la ofrecía en su salón de té, entraron en batalla legal para poder ofrecer la tarta de designación original.
Al final ganó el hotel y en 1965 la sentencia dictó que podía utilizar la designación "Original sachertorte" y la pastelería Demel utilizaría "Eduard Sachertorte". Hay además algo que las distingue, pues el hotel rellena la tarta con la mermelada de albaricoque y la pastelería le da un baño exterior de albaricoque dejando el bizcocho entero al que después aplica la cobertura.
Como curiosidad, Friedrich Torberg fue testigo del caso y aseguró que durante la época de Anna, nunca se sirvió la tarta con mermelada en el relleno o cobertura.
Sea como fuere, es una tarta emblemática con receta secreta que cautiva a todo aquel amante del chocolate que la prueba.
Me he basado en la "receta aproximada" que aparece en el página del Hotel Sacher, modificando algunas cantidades e incluyendo algún ingrediente en base a otras recetas que hice. Esta versión no lleva harina de almendra, que suele ser algo común en otras recetas que he visto y que no aparece en la receta que comparte el hotel. ¿Nos estaremos acercando algo más a la original? no puedo saberlo, pero fantasear con ello es la magia de este oficio improvisado.
Os presento esta versión navideña de la Sachertorte, amurallada de galletas de casitas europeas de cacao, especiadas con jengibre y chocolate. Están decoradas con glasa real, que también acompañamos con el copo de nieve y florituras en la cobertura. Está rellena con mermelada en su interior y queda una miga aireada con el dulzor justo. El sabor a chocolate es delicioso y la cobertura le da ese plus para que sea perfecta para chocolovers.
Hoy 12 de diciembre es un día especial porque participo con la Sachertorte Navideña en el Calendario de Adviento de La Chocolaterapia. Es una ocasión especial y había que celebrarlo con una tarta para la ocasión.
¡Pasamos a la receta!
Ingredientes:
En primer lugar preparamos la masa de galletas que utilizamos como decoración.
Iniciamos batiendo la mantequilla con el azúcar hasta que quede cremosa. Tamizamos la harina con el cacao y las especias. Agregamos en varios pasos hasta que nos quede bien integrada y como resultado una masa homogénea. Boleamos y filmamos. Llevamos a la nevera 1 hora.
Estiramos con rodillo en superficie antiadherente y usamos los cortadores. Vamos disponiendo en bandeja cubierta con papel vegetal. Horneamos a 180 grados unos 10-12 minutos. Dejamos enfriar unos minutos y después pasamos a la rejilla.
Para la glasa real, batimos la clara de huevo y añadimos unas gotitas de zumo de limón. Tamizamos el azúcar glass y vamos añadiendo poco a poco. Debe quedar una textura no muy líquida ni muy compacta. Disponemos en manga y haremos el nevado de las galletas. También la utilizaremos para el decorado final sobre la cobertura de nuestra tarta. La glasa sobrante la llevamos a la nevera y las galletas las conservamos en recipiente hermético mientras tanto.
*Hice la mitad de la receta exclusivamente para decorar la tarta, podéis doblar la receta si queréis elaborar más cantidad para estas fiestas.
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