El día de mi Cumpleaños siempre ha sido muy particular. Como es a mitad de verano, no podía celebrarlo en clase o aprovechar la época escolar para reunir a los compañeros. Cuando hacía una merienda, algunas amigas estaban de vacaciones o estaban en la playa y se unían más tarde o no llegaban. Me he visto a solas con el pastel esperando a que llegaran mis invitados y, aunque había algunas bajas, sí que cuando fui cumpliendo más edad era más fácil celebrarlo. Entraban otros horarios en juego además de la tradicional merienda y sí que he vivido momentos bonitos y especiales. Aún así, no podré olvidar a mi padre cuando llegaba con una tarta rectangular grande de merengue, con cobertura de chocolate y letras de " Feliz Cumpleaños Maribel " en crema. Cuando la tarta nos parecía casi tan grande como nosotros, cuando la acompañábamos con Coca-Cola o Colacao fresquito y con esas amigas que sacrificaban planes veraniegos para acompañarme en una cálida tarde de julio. Este año...
Siempre me han encantado las pizzas. En un viernes noche acompañando una peli de videoclub hace años o en un sábado especial de cumpleaños siempre nos han acompañado. Era esa cena despreocupada, suculenta y deliciosa que nos encantaba a todos. Con mi madre y mi hermano, mis amigos o con mi pareja. Siempre la hemos compartido y también la he comido sola en casa, con una copa de vino para darme un homenaje más de una vez. Cuando fui unos meses a Italia y contaba con unos 23 años, mi perspectiva con respecto al sabor cambió. Probé unas modalidades de pizza con un queso más rico y una salsa de tomate increíble. Sólo la margarita ya era un lujo por la calidad de estos ingredientes y creo que fue la primera vez que probé una calzone con un delicioso prosciutto . En Nápoles tuve la oportunidad de probar una pizza exquisita, de las más ricas que he probado en barrios populares, otra sencilla margherita que superaba a muchas anteriores y es que los maestros del arte bianca del...