El día de mi Cumpleaños siempre ha sido muy particular. Como es a mitad de verano, no podía celebrarlo en clase o aprovechar la época escolar para reunir a los compañeros. Cuando hacía una merienda, algunas amigas estaban de vacaciones o estaban en la playa y se unían más tarde o no llegaban. Me he visto a solas con el pastel esperando a que llegaran mis invitados y, aunque había algunas bajas, sí que cuando fui cumpliendo más edad era más fácil celebrarlo. Entraban otros horarios en juego además de la tradicional merienda y sí que he vivido momentos bonitos y especiales. Aún así, no podré olvidar a mi padre cuando llegaba con una tarta rectangular grande de merengue, con cobertura de chocolate y letras de " Feliz Cumpleaños Maribel " en crema. Cuando la tarta nos parecía casi tan grande como nosotros, cuando la acompañábamos con Coca-Cola o Colacao fresquito y con esas amigas que sacrificaban planes veraniegos para acompañarme en una cálida tarde de julio. Este año...
Hoy es Jueves Santo y me parece buena fecha para publicar esta receta de torrijas. El Jueves siempre ha sido un día especial por las procesiones en las calles, el gentío que en mi pueblo no es abundante y te permite ver pasos en una esquina aunque sea festivo. El aroma a incienso junto a las flores y las hojas de palma en los balcones, le dan un encanto a la ciudad, creando maravillosos rincones donde pasar unos minutos en buena compañía. El otro día vimos un paso en famila mi madre, mi abuela y yo y sentí algo especial. Ver a mi abuela emocionada en ese momento al ver al cristo, me hizo recordar muchos momentos que nos ha traído la Semana Santa. La admiración de mi abuelo por las bandas de música, el fervor de la tía de Barcelona que regresaba cada jueves santo para hacer la penitencia prometida, las salidas con mis padres a cenar en sitios imposibles en un día festivo... Todos estos recuerdos van acompañados por un sabor común, y es el sabor a torrija . Las vi hacer por pr...