El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Terminamos mes de noviembre con una receta de bollería casera y canela, no puedo pedir más. Y es que no hay otoño sin rollitos de canela o viceversa. El aroma mientras se hornean, la suavidad de la masa mientras se trabaja, la canela que me gusta tanto y el toque crujiente de las nueces son bastantes alicientes para repetir este tipo de recetas cada temporada. Es sencilla, no requiere de muchos ingredientes y, si tienes paciencia y respetas los horarios de levado, te saldrán obras maestras de obrador hechas en tu propia casa. Y es que es una oda a la panadería ver cómo levan nuestros rolls. Es una experiencia que tienes que vivir si aún no la has probado. Ese momento en el que le das el primer bocado y notas el crujiente del icing y la suavidad de este bollito no tiene precio. El día del Cinnamol Roll no debería de ser el 4 de octubre, debería de ser cada mañana o tarde en casa, en fin de semana o cuando más relajados estamos disfrutando de esta maravilla junto a una buena taza de ca