El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Hola muy buenos días! Regresamos esta semana con una receta con toque mágico. Magia porque el hornear en sí ya es una experiencia para mí y porque estos bollitos están basados en un pasaje de la historia de Harry Potter . Todos conocemos las novelas de J.K Rowling , donde unos niños ingresan a la escuela de magia de Hogwarts y viven miles de aventuras. Los vemos crecer, acompañados de un sinfín de personajes, hazañas y hechizos que rodean a esta espectacular saga que ha creado un movimiento de seguidores en todo el mundo. Harry fue un personaje que siempre me gustó y me encanta cómo se presenta en la primera película, cuando llega Hedwig, su lechuza y cuando visita el callejón Diagón . Son unos recuerdos muy especiales para mí. Ya que este callejón está inspirado en la calle Victoria Street de Edimburgo , una zona comercial a lo largo de una cuesta muy especial que recuerdo con cariño, ya que he pasado mucho tiempo trabajando en Grassmarket . La escritora de esta saga escribió gran