El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Hola muy buenos días a todos!!! Continuamos esta primavera de recetas con toques de color y sabor como la que traigo en esta ocasión. Tenía unas cerezas confitadas y algo de queso crema y, aunque tenía la opción de repetir el pastel de cerezas y chocolate de Mary Barry que elaboré hace tiempo, me animé a hornear algo completamente diferente. Es una mezcla entre un bizcocho tradicional, de los esponjosos, pero el toque de queso lo vuelve extrajugoso, recordando a la tarta de queso además del toque saludable de aove. Y luego las guindas, como las llama mi madre, le aportan esa textura diferente con toque afrutado que culmina con el crujiente de almendras por encima. Una serie de sensaciones que te harán repetir más de una rebanada. Doy fe absoluta. Si te gusta la combinación de ingredientes y te dan ganas de darle un mordisco a este pastel... Acompáñame! ¡Comenzamos! Ingredientes: - 3 huevos - 200 grs. azúcar - 1 cdta. vainilla en pasta o extracto - 200 grs. queso