El calor nos ha llegado de repente y casi no nos hemos enterado de la primavera. Después de un mes de marzo de mucha lluvia, estamos en un abril algo atípico con respecto a las temperaturas. Espero que cambie un poco el tiempo y podamos disfrutar de una merecidísima primavera. Llevo un tiempo pachucha por varias cuestiones que me han tenido algo baja de moral. Estoy remontando como puedo pero no quiero dejar de lado este mundo dulce que tantas alegrías me da. A veces la vida te da golpes que no esperas y sientes que pierdes las fuerzas. Mi blog ha sido siempre una vía de escape, mi paraíso personal o ventana al mundo como me gusta llamarlo. Encender el horno siempre lleva una parte de magia porque no sabemos el resultado de nuestra receta hasta pasado un tiempo. Es precisamente esa magia la que me da fuerzas y la que me ayuda a experimentar, a buscar nuevas historias tradicionales nuestras o de otras culturas que me fascinan. Regresamos con una mezcla que hacía tiempo me rondaba la
Hola muy buenas tardes a todos!! Regresamos en estos últimos días del año con una receta de tradición. De toda la vida. De las que circulan por casa sin receta generación tras generación. Cuando llegan las fiestas navideñas, y contaba con seis o siete años de edad, recuerdo el entramado que tenían mi madre y mi abuela en la cocina. Amasaban en un barreño grande, porque entonces no tenían los recipientes con los que contamos hoy y mucho menos robots de cocina. Tapaban con un paño de cuadritos o rayitas una masa templada por el amasado. Me encantaba tocar ese paño porque estaba muy blandita una vez que había pasado el tiempo de levado y ya estaba lista para estirarla y hacer las " tortas fritas " como se les conoce en mi tierra. Podréis conocerlas como pestiños también pero he de decir que esta masa es más suave, levada y muy aromatizada. Además cuenta con aceite de oliva virgen extra entre sus ingredientes y aunque ellas le añadían manzanilla de Sanlúcar, yo en este caso la