El día de mi Cumpleaños siempre ha sido muy particular. Como es a mitad de verano, no podía celebrarlo en clase o aprovechar la época escolar para reunir a los compañeros. Cuando hacía una merienda, algunas amigas estaban de vacaciones o estaban en la playa y se unían más tarde o no llegaban. Me he visto a solas con el pastel esperando a que llegaran mis invitados y, aunque había algunas bajas, sí que cuando fui cumpliendo más edad era más fácil celebrarlo. Entraban otros horarios en juego además de la tradicional merienda y sí que he vivido momentos bonitos y especiales. Aún así, no podré olvidar a mi padre cuando llegaba con una tarta rectangular grande de merengue, con cobertura de chocolate y letras de " Feliz Cumpleaños Maribel " en crema. Cuando la tarta nos parecía casi tan grande como nosotros, cuando la acompañábamos con Coca-Cola o Colacao fresquito y con esas amigas que sacrificaban planes veraniegos para acompañarme en una cálida tarde de julio. Este año...
Hola a todos!! Llegamos al fin de semana y lo hacemos con un día soleado. Estrenamos mes de abril, mi mes favorito, con una receta clásica. Por fín se hace notar la primavera. Los temporales de lluvia están dando tregua a días de sol, ya se escucha cantar a los pájaros y podemos dar un paseo apreciando los colores que nos brinda la naturaleza. El otro día me traje unas margaritas campestres que le dan un toque especial a mi casa y a las fotos, llenando de color el ambiente. ¡Es que no me puede gustar más esta estación del año! La receta que os traígo hoy es un bizcocho de pueblo, el clásico, con pocos ingredientes, con aroma fresco a limón, muy esponjoso y con una textura que sólo el aceite de oliva puede darle y estos beneficios del aove hacen que nuestro pastel sea más saludable. Le damos glamour con nuestro molde y lo decoramos con un icing crujiente de limón. ¿Lo mejor? Que es una receta muy fácil de hacer y es de pura tradición. Parecerá que lo traes del tí...