El pudding siempre era esa palabra inglesa que sonaba rica cuando la escuchábamos nombrar al camarero de restaurante. Era sinónimo de lugar fino al que mi padre nos llevaba de pequeños en alguna ocasión especial o cuando estábamos de vacaciones. Era una textura parecida al flan de huevo y en su interior te encontrabas fruta confitada, melocotón en almíbar y en los más exclusivos notabas el delicioso sabor de los piñones. Mi padre siempre ha preferido este postre con permiso del tocino de cielo , muy de nuestra tierra, al que a veces también le hacía reverencia cuando coronaba una copa de helado de La Ibense Bornay . Hace poco tiempo, en una comida familiar de cumpleaños, lo pidió después de mucho tiempo sin ver a mi familia y me recordó a mi niñez. Mientras lo probaba, pensaba que era ligero y que me gustaba su textura. -"Tengo que hacerlo"- le dije a mi hermano. Él me miró y sonreía porque sabía que a mi padre le encantaría la idea. La primera vez que lo hice p...
Muy buenas tardes a todos. Un buen catarro primaveral y dos días libres me han dejado un poco de hueco para poder retomar el recetario de Fresas con Chocolate. Vuelvo en esta primavera con una receta que me recuerda a un pastel de obrador, al aroma del melocotón, de las almendras...Al estar en el extranjero y mirar las cosas desde otra perspectiva, me recreo muchas veces en recuerdos y el otro día estaba acordándome de ese bizcocho que mi madre compraba en una panadería de mi pueblo. De ésas que llevan más de cien años activas y que al entrar te embriagaba (y te embriaga) el aroma del pan y los dulces recién hechos. Por casualidades de la vida he dado con una receta que me ha evocado a ese pastel cuya suavidad y esponjosidad te envuelven y el aroma a melocotón de la mermelada te deleita el paladar junto con el toque crujiente de las almendras. No os decepcionará sin duda. Es una receta sencilla, no requiere de mucha técnica pero sí de mucho amor por la repostería, Me acompañáis?
Ingredientes:
- 300 grs. de harina
- 1 bolsita de levadura quimica (15 grs.)
- 1 cdta. de esencia de vainilla
- 4 huevos
- 200 grs. de azúcar
- 100 ml. de leche
- 130 ml. de aceite de girasol
- Mermelada de melocotón o albaricoque al gusto
- Almendras laminadas para decorar
Preparación:
En primer lugar disponemos los ingredientes.
Comenxzamos batiendo los huevos con el azúcar hasta que espumee y tome cuerpo. Añadimos la cdta. de vainilla.
A continuación agregamos poco a poco el aceite, sin dejar de batir.
Repetimos la misma operación con la leche.
Tamizamos la harina junto con la levadura y las vamos agregando poco a poco. Nada de añadir de golpe!
Batimos bien hasta que quede un aspecto cremoso como el de la fotografía. Vertemos el contenido en un molde previamente engrasado o con papel sulfurizado.
Horneamos a 180º entre 35-45 minutos, hasta que el palillo salga limpio. El pastel dejará un aroma que os embriagará! mmmmm.
Dejamos enfriar sobre una rejilla, desmoldamos y, una vez frío, con la ayuda de una espátula, untamos un poco de mermelada en la superficie a la que luego agregaremos las almendras laminadas. Si tenéis mermelada de sobra, podéis cortar el bizcocho y rellenarlo, así estará más rico! ^^
Espero que os haya gustado la receta y que os animéis a hacerla. Es un clásico que os servirá para acompañar muchos de vuestros desayunos y meriendas. Apto para todos los públicos!
Vuelvo pronto con más recetas! ^^
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