El día de mi Cumpleaños siempre ha sido muy particular. Como es a mitad de verano, no podía celebrarlo en clase o aprovechar la época escolar para reunir a los compañeros. Cuando hacía una merienda, algunas amigas estaban de vacaciones o estaban en la playa y se unían más tarde o no llegaban. Me he visto a solas con el pastel esperando a que llegaran mis invitados y, aunque había algunas bajas, sí que cuando fui cumpliendo más edad era más fácil celebrarlo. Entraban otros horarios en juego además de la tradicional merienda y sí que he vivido momentos bonitos y especiales. Aún así, no podré olvidar a mi padre cuando llegaba con una tarta rectangular grande de merengue, con cobertura de chocolate y letras de " Feliz Cumpleaños Maribel " en crema. Cuando la tarta nos parecía casi tan grande como nosotros, cuando la acompañábamos con Coca-Cola o Colacao fresquito y con esas amigas que sacrificaban planes veraniegos para acompañarme en una cálida tarde de julio. Este año...
Por fin puedo decir que ha llegado el otoño. Empezó a hacer frío hace unos días y ya se siente la realidad de la época en la que estamos. Seré distinta quizás a muchas opiniones pero el exceso de calor ya me estaba superando. Veíamos anuncios de abrigos sin sentido hace unas semanas y, de repente, a través de una noche de niebla, han bajado las presiones y llegado el frío, de repente. Como llega siempre últimamente. Sin hacer ruido. Adoro estar en casa por la tarde acompañada de un chocolate caliente y una buena manta. Tomar un té y relajarme leyendo un rato. Las tardes se hacen más largas con el cambio de hora y me gusta aprovecharlas así cuando tengo oportunidad. Siempre hay lugar para algo dulce y me encanta tomar una rebanada de bizcocho o algo más especial de vez en cuando. Pensando en los sabores que me gustan para esta época, como la manzana o la canela , vi en los gofres una oportunidad para combinarlos. La masa clásica de gofre belga , levada, con mant...