Hola muy buenas tardes! Regresamos con recetas de obrador. ¿Quién no ha probado alguna vez un brioche?
Esta elaboración nació en Francia a comienzos del siglo XV y es una masa de pan enriquecida con huevos, azúcar y mantequilla. Toda una delicia para las familias nobles de la época, ya que por la calidad de sus ingredientes sólo las familias pudientes podían permitírselo.
Es muy conocida una frase de la reina María Antonieta relacionada con los periodos de crisis y faltas de alimentos vividos por el pueblo francés en 1778, en la que escaseaba la harina. Ante las quejas del pueblo llano por la falta de pan, se rumorea que ella dijo "Qu'ils mangent de la brioche" que traducido resultaría como "Que coman brioche". Una manera un tanto particular de afrontar una situación, que sumada a otras de diversa índole, desencadenarían unos años después, la Revolución Francesa que todos conocemos.
Lo que no ha cambiado es que no deja de ser una elaboración común, un tipo de pan dulce que se consume a diario no sólo en Francia. Se ha extendido su uso en la bollería habitual de muchos países. Podemos encontrarlos de muchas formas: trenzados, tipo loaf cake, formato magdalena o à tête, de mascarpone o incluso en pan de molde o para hamburguesas. Además, se pueden elaborar aromatizados, rellenos, con pepitas de chocolate o con lo que queramos.
En esta ocasión, los he elaborado en porciones trenzadas individuales con una capa de mermelada de albaricoque y el toque crunchy del azúcar perlado. No os imagináis el privilegio que siento cuando mi cocina tiene aroma a obrador. La receta da como resultado unos bollitos suaves, aireados y con sabor a mermelada que lo convierten en el desayuno perfecto.
¡Encendemos el horno!
Ingredientes:
- 350 grs. harina de fuerza
- 120 grs. leche
- 70 grs. azúcar
- 15 grs. levadura fresca
- 1 huevo + 1 yema
- ralladura de 1/2 limón
- 1 cdta. vainilla
- 1 pizca de sal
- 50 grs. mantequilla en dados
- mermelada de albaricoque
* 1 huevo batido para pintar
* Azúcar perlado para decorar
Preparación:
En primer lugar, mezclamos la leche templada con el azúcar, la levadura, la vainilla y los huevos. Lo batimos todo en un cazo con unas varillas.
En nuestra amasadora o en un bol de cocina, vertemos la harina con la pizca de sal y la ralladura a modo de volcán e iremos añadiendo los ingredientes líquidos poco a poco mientras vamos integrando y amasando. Una vez que esté homogénea dejamos reposar 10 minutos.
Luego vamos distribuyendo la mantequilla a dados en la masa. Lo ideal es que no estén ni demasiado blandos, ni duros. Lo incorporamos y amasamos bien hasta que resulte una masa suave y elástica. Llevamos a un bol con film hasta que doble su volumen. Tarda una media entre 1 y 2 horas, según la temperatura ambiente que tengamos en casa.
Una vez levada, amasamos un poco más para expulsar el aire y con un rodillo haremos un rectángulo de un espesor de medio centímetro aproximadamente. Dividimos la masa a la mitad y a su vez en 5 tiras cada mitad. El cortapizzas es perfecto para esta operación. Tendremos 10 tiras de brioche que en el centro de cada una trazaremos una línea de mermelada, luego sellamos los bordes a lo largo, apretamos bien, a modo de empanadilla y luego llevamos la costura hacia abajo y los trenzamos como si hiciéramos un 8. Sellamos debajo.
Los vamos colocando en la bandeja donde los vamos a hornear con papel vegetal. Dejamos separación entre ellos. Los dejamos levar de nuevo unos 30 minutos, pintamos con huevo batido y decoramos con azúcar perlado.
Llevamos al horno precalentado a 180 grados. Los horneamos unos 15-20 minutos hasta que estén dorados por ambos lados. Dejamos enfriar. mmm...¡Qué aroma! A mi me encanta probarlos cuando están tibios...es una verdadera delicatessen!
Los conservamos un par de días en un recipiente hermético. Podéis congelar los que no vayáis a consumir una vez que se hayan enfriado. Así los sacáis un rato antes del congelador y con un golpe de escasos segundos en el microondas lo tendréis como recién hechos.
Si nos os gusta la mermelada, podéis rellenarlos con pepitas de chocolate, crema de chocolate o sin relleno y después comerlos acompañado de lo que más os guste.
Oh là là! Cómo me fascina la bollería casera! Si pudiera desayunaría siempre así, con una pieza recién hecha de brioche o un cinnamon roll que me gustan tanto. Son esos pequeños placeres que nos hacen sentirnos especiales, porque su sabor y textura son efímeros, al ser un producto de obrador pensado para el día a día. Un pan dulce que podéis elaborar en casa con ingredientes básicos y cuyo resultado es digno de reyes.
Vuelvo pronto con más recetas otoñales! Un saludo muy dulce!
Maribel García 🍓🍓🍓
Ay, qué delicia tus brioches de mantequilla y chocolate! Ahora mismo con un café con leche bien cremoso! ❤️
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra. Me alegra que te gusten los brioches. Son perfectos acompañados de un café o para una merienda improvisada. Un saludo ;)
EliminarEstos Brioches de mantequilla y mermelada lucen deliciosos. Hasta puedo imaginármelos recién hechos y el aroma que ha de sentirse en la cocina. Nunca he preparado unos pero con los detalles de tu receta me animo. GRacias por compartir
ResponderEliminarMe emociona que te animes a prepararlo. Ojalá y te encanten como a mí porque es una experiencia única hacerlos en casa. Un abrazo!
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